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DE 1941 A 1955

DE 1940 A 1955

Durante el curso 1940-41 se celebra el veinticinco aniversario de la fundación del Colegio. Se organiza el primer campeonato escolar de fútbol que se celebra en Tetuán y el 5 de enero de 1941 se constituye la Asociación de Antiguos Alumnos. Asisten cincuenta y tres veteranos pilaristas tetuaníes, estando constituida la primera Junta Directiva por las siguientes personas: Joaquín Pérez Sánchez (Presidente), Juan Albertí Vives, Juan A. Cruz Requejo, Jaime Lloret Salinas, Francisco Saura Parra, José Cortés García, Julián Díaz López. Los actos del XXV aniversario se celebran el 5 y 6 de abril de 1941, entre otros, con la colocación de una placa conmemorativa, donada por la Asociación de Antiguos Alumnos, en la puerta del Colegio, que todavía permanece allí. Se rinde también un homenaje al fundador del Colegio, Abdón Pereda a quien le es impuesta la Cruz de la Orden de la Medahuia, por el Alto Comisario de España, general Carlos Asensio Cabanillas. En los veinticinco años transcurridos el colegio pasó de los quince alumnos iniciales de 1915 a los más de cuatrocientos en 1940, de los cuáles sesenta eran internos, habiendo pasado por sus aulas en ese período de tiempo más de tres mil alumnos. Desde su fundación el Colegio del Pilar de Tetuán prestó una gran atención al ejercicio del deporte, de ahí que en esta época en la que el colegio ya se encuentra estabilizado y contando con amplios campos de deportes, se estimulen encuentros deportivos varios: fútbol, baloncesto, balonmano, balonvolea, atletismo, etc. Los profesores intervienen como organizadores y también como participantes, jugando con los alumnos. A este florecimiento del deporte en el Colegio del Pilar a partir de 1940 contribuye mucho el espíritu de la época y el firme activismo de su director el padre Gamboa. No sólo en el terreno deportivo florecen las actividades sino también en otros ámbitos culturales. Como ejemplo del ambiente del Colegio en la primera mitad de los años cuarenta, pueden mencionarse algunos actos que se realizaban por aquellos años: la cabalgata de los Reyes Magos se celebraba en el patio del colegio; las peñas musicales organizaban conciertos un jueves de cada mes; al comienzo del curso 1944-45, aparece el periódico mural del Colegio, «Norte», en cuyos sucesivas ediciones participan la mayoría de los alumnos, etc. Se organizan los torneos deportivos del Protectorado «General Orgaz» en los que participan los alumnos de los colegios de las ciudades mas populosas de la Zona del Protectorado Español. En el primer trofeo ganan como vencedores absolutos los alumnos de las «Escuelas Riera» de Tánger, el Colegio del Pilar de Tetuán ganó en gimnasia, balonvolea y baloncesto. El estimulo para el deporte es tan fuerte, que el padre Gamboa se propone hacer del Pilar «el mejor», sentando las bases para la participación en futuros torneos, promoviendo la formación de una sociedad baloncestista, a la que se llama «El Viento» y la organización de una olimpíada colegial. El 11 de junio de 1944, en el campo de deportes, el teniente general Orgaz, entrega los trofeos a los atletas vencedores y la copa que lleva su nombre al capitán del colegio del Pilar de Tetuán, vencedor absoluto. Así continuaría sucediendo en los futuros trofeos, mientras se celebraron. En el plano académico los éxitos de los alumnos pilaristas no son menores. Al terminar el curso 1943-44, los resultados del Examen de Estado, celebrado en los tribunales de Sevilla o Granada, arroja los siguientes datos: 17% sobresalientes; 25% notable; 51% aprobado y un exiguo 6% de suspensos. Nuevo director a partir del curso 1946-1947: Celestino Rodríguez Mendiguren, quien lo dirige hasta 1955. El colegio cuenta ya con cuatrocientos cincuenta alumnos, atendidos por diecisiete religiosos marianistas, de los cuales cincuenta son musulmanes. La vida colegial discurre por los mismos derroteros, cosechando éxitos en el plano académico, deportivo y cultural. Citemos a título de ejemplo el Premio Extraordinario en el Examen de Estado, conseguido durante el curso 1949-50 por el alumno Rodolfo Arévalo Makry, quien ingreso en la carrera diplomática. El reconocimiento del colegio es general, tanto por la población del Protectorado, como por las autoridades españolas y marroquíes. Sirva como ejemplo de este reconocimiento, la audiencia concedida en 1949 por Su Alteza Imperial Muley El Mehdi Ben Ismail, Jalifa del Protectorado Español en Marruecos, quien recibió al director del Colegio y una comisión de alumnos de séptimo curso (equivalente al COU). Se conserva un estupendo reportaje del suceso publicado en la revista «El Pilar». Se hacen excursiones a la montaña, y con el desarrollo económico llegan los «flamantes» autocares de «La Valenciana» en los que se hacen excursiones a Tánger y otras ciudades del Protectorado. También se realizan las primeras salidas a España: en 1953 se va a Sevilla y en 1954 a Zaragoza, pasando por Madrid. Los tiempos van cambiando. Cuando Don Celestino deja la dirección en 1955, el Colegio del Pilar de Tetuán cuenta ya con quinientos cuarenta y siete alumnos. Ese mismo año Marruecos obtiene de hecho su independencia, aunque de «iure» fuese un año después.