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DE 1916 A 1926

DE 1916 A 1926

El curso 1916-1917 se inicia el primero de octubre con setenta alumnos. Con gran satisfacción se percibe en Tetuán la confraternización de las tres culturas: musulmana, hebrea y cristiana, recibiendo cada cual una educación adecuada a sus necesidades. Este curso se fundan los «boys scouts», que en aquel entonces se denominaban «exploradores», con la finalidad de incentivar la educación física. Las dos clases de primera enseñanza se convierten en cuatro: parvulitos, párvulos, elemental e ingreso. Al comienzo del tercer curso, 1917-18, ya hay matriculados 85 alumnos y para aquellos que no quieren seguir el bachillerato se crean estudios de comercio, de los que se encarga Francisco Lasagabaster, a fin de que puedan completar la formación que recibieron en la primera enseñanza. Muchos alumnos pudieron encontrar fácil colocación al salir del colegio con estos estudios. Entre tanto la comunidad marianista se amplía con dos nuevos religiosos. El curso 1918-19 está marcado por una epidemia mortal de gripe, que obliga a mantener cerrado el colegio hasta el 14 de noviembre, y el recrudecimiento de los combates con las tropas marroquíes que no aceptaban la situación del Protectorado Español. En su deseo de mejorar las instalaciones los responsables de la congregación consiguen que el Sr. Escriña, que construía en el Ensanche, dedicara parte de un edificio al Colegio, y en septiembre de 1919, aún sin terminar la nueva casa, se lleva a cabo el traslado. El edificio, hoy frente al de correos, estaba entonces situado en un descampado, de la actual plaza de Mohamed V, y las calles que daban a las cuatro fachadas no estaban ni siquiera aún trazadas. En el centro de la futura plaza había un recinto sagrado: La Mésala, a la que, una vez al año, acudía el Jalifa para presidir la oración. El religioso Abdón Pereda salió de Tetuán el 15 de octubre de 1920 para fundar otro colegio en Alcazarquivir, sustituyéndolo en la dirección Francisco Lasagabaster. Este intensifica la organización de clases nocturnas a las cuales se inscriben más de doscientos alumnos marroquíes. Por su parte, los alumnos de diurno han aumentado tanto que no se cabe en las aulas. Durante el curso 1920-21 se viven momentos de gran inquietud en la ciudad por los ataques de las tropas marroquíes rebeldes, cuyas acciones llegaron hasta el centro de la ciudad. El número de alumnos aumenta paulatinamente. Al terminar el curso 1922 ya había matriculados 200. Aquel año la asistencia de algunos alumnos es irregular como consecuencia de la inseguridad que originan los ataques de las tropas marroquíes del Rif. La vida en Tetuán es arriesgada y muchos padres trasladan a sus familias a Ceuta. En 1925 la dirección del Colegio pasa a Dionisio Graci-Antépara. Tetuán sufre los bombardeos del célebre cañón «félipe», instalado por los rebeldes rífenos en las cumbres del Bou Zeitún, cuya primera granada cayó a los pies del colegio el 28 de diciembre de 1925. Por esta causa disminuye el número de alumnos, ya que muchas familias salen para España y otras no regresan del veraneo. Por si esto fuera poco, se producen algunas deserciones entre los profesores, llegando alguno de sus miembros a establecer competencia al colegio, fundando una academia privada. Durante este curso se inicia la reforma de los planes de estudio en España de primera y segunda enseñanza.